La empresa se resiste a testear a todos los trabajadores y nunca cerró la sucursal.
Una trabajadora de la línea de cajas del supermercado Coto de Ramos Mejía, en La Matanza, dio positivo de coronavirus y 10 compañeros permanecen aislados. Desde el Sindicato de Empleados y Obreros de Comercio y Afines (SEOCA) Zona Oeste se quejaron de que la empresa no haya cerrado en ningún momento sus persianas y exigen testeos masivos para todo el personal.
Con estos datos, Coto envió a la cajera a su casa de Moreno y dejó todo en manos de la obra social”, explicó Miguel Ángel Mansilla, delegado del SEOCA del supermercado de Ramos Mejía, quien precisó que la trabajadora pertenece a una empresa tercerizada, Rappi, quien se encarga junto a otros 10 empleados de las entregas de los pedidos a domicilio.
“La empresa nunca cerró de manera preventiva el local, argumentando que desinfecta el lugar todas las noches y sólo aisló a los 10 compañeros de Rappi, que tienen trato cotidiano con ella, pero el resto de los trabajadores de cajas también mantuvo contacto con ella, por lo que queremos o bien que sean testeados o que sean aislados hasta que se aclare la situación”, insistió Miguel Ángel, que aseguró que los 10 empleados aislados no fueron testeados.
Para el delegado “el protocolo fue activado a medias por la empresa, a conveniencia de ellos que están interesados solo en vender, en cambio nosotros queremos saber si los compañeros contrajeron la enfermedad y representan un riesgo para sus familias”.
Hoy por la tarde, los trabajadores esperaban la intervención de la municipalidad para que inspeccione la sucursal y tome las medidas pertinentes. “Lo que más duele es que la empresa no informa nada y pretende esconder todo. Nosotros nos enteramos por nuestro lado y fuimos nosotros los que se lo comunicamos al resto de los compañeros y le exigimos a la empresa que se circunscriba al protocolo”.
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