El Gobernador y el jefe de Gobierno porteño continúan con diferencia posturas respecto a los alcances de la medida en sus respectivos territorios.
Con el objetivo de reducir los contagios de coronavirus, que este jueves superó los 50.000 casos en el país, y tras una nueva cumbre llevada a cabo en la Residencia Presidencial de Olivos, las tres jurisdicciones con influencia en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde se concentran más del 90 por ciento de los casos, acordaron avanzar hacia una etapa de aislamiento social, preventivo y obligatorio con mayores restricciones a las actividades productivas y a la movilidad en el transporte público y privado que permitan una fuerte merma en la circulación.
Luego de más de tres horas de reunión, tanto el Presidente Alberto Fernández como los Ejecutivos de la Provincia, Axel Kicillof, y de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, expusieron la situación epidemiológica y la evolución de la curva de contagios, que sigue en franco ascenso en ambos territorios del AMBA. Dada la situación crítica que se vive en la región, y que puede seguir agravándose confirme al incremento de positivos y ocupación de camas, los términos de la nueva medida requieren muchas precisiones y exigen una profunda coordinación entre las áreas involucradas de los tres gobiernos.
En este sentido, si bien no se filtraron demasiados datos de lo que sucederá a partir del lunes ni de la extensión de la nueva fase y las nuevas restricciones, todo parece indicar que se volvería a un fuerte endurecimiento, como aquel que se decretó a partir del 20 de marzo, respecto a las actividades comerciales y a las actividades de esparcimiento y deportivas, hoy habilitadas en la Ciudad. Este último es uno de los ítems que más controversias genera entre las posturas de Kicillof y Rodríguez Larreta.
Así las cosas, mientras que desde la Ciudad insisten en que ambas salidas recreativas y de actividad física individual o en grupos reducidos han sido evaluadas de buena manera por las autoridades de salud porteñas y no hay evidencias que indiquen que repercuten en el incremento de casos positivos de COVID-19, lo que preocupa a la administración provincial es el “mensaje” que transmite en momentos en que, a casi cien días de aislamiento, la sociedad muestra un fuerte cansancio y parte de ella puja por volver a las actividades productivas.
A pesar de que Kicillof y Rodríguez Larreta están comprometidos en alcanzar las mejores soluciones para el cuidado de la vida de las personas y entienden que la ciudadanía ha realizado un gran esfuerzo estos meses para lograr los objetivos, como su autoridad lo indica, la última palabra la tendrá el primer mandatario, Alberto Fernández, y se dará a conocer en el mediodía del viernes.
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