En diálogo , el ministerio de Justicia analizó «cada una de estas casas armadas desde sectores de la oposición y parte del partido judicial, con sus grandes medios de comunicación».
El ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Martín Soria, aseguró este domingo que la condena a la vicepresidenta Cristina Kirchner por Obra Pública es una causa «armada para los medios de comunicación», donde «no hay una sola prueba», y señaló que la condenó una justicia «cooptada» por el macrismo y «pintada de amarillo».
“Cada una de estas causas están armadas desde sectores de la oposición y parte del partido judicial, con sus grandes medios de comunicación. Arranca en 2013/2014, así funciona una cuasi organización mafiosa”, indicó Soria.
En ese sentido, el ministro recordó que «la Causa Vialidad caía en saco roto, hasta que en mayo de 2019, en la previa a las PASO, las saca de un cajón el juez Julián Ercolini y decide avanzar».
«Una causa que se cae a pedazos, sin pruebas porque de las 51 obras viales denunciadas, se hicieron solo pericias en 5 y se determinó que no había irregularidad. Así y todo llevan adelante un juicio bochornoso”, añadió; y señaló que durante el juicio «cada testigo presentado por la fiscalía fue un pelotazo en contra para la acusación, y así siguieron adelante con el derrotero».
«Fue una causa armada para la persecución mediática y para la proscripción. No hay un hecho ni una prueba que vincule a la Vicepresidenta con una irregularidad”, aseveró.
Asimismo, el funcionario afirmó que la causa «es una película armada para los medios de comunicación y de ahí sacan su propia convicción».
«No hay una sola prueba, tuvieron que inventar el ‘Plan Limpien Todo’, donde hablan de una supuesta reunión. Pero en ese día y hora estaba yo con Cristina Fernández de Kirchner en un pueblo cerca de Bariloche, a más de 1500km de donde estos jueces y fiscales dicen que hubo una supuesta reunión en la que ella estaba (con Lázaro Baez)”, detalló.
Además, recordó que «la banda de Los Abrojos» estaba conformada por el presidente del Tribunal que investigaba a la Vicepresidenta, el juez Rodrigo Gimenez Uriburu, que «jugaba en La Liverpool, el mismo equipo en que jugaba el fiscal que acusaba, Diego Luciani».
«El equipo se filmaba dejándose meter goles por (el expresidente) Mauricio Macri, para que este pudiera pavonearse con los líderes del mundo. Esta gente debería haberse excusado de intervenir o por lo menos haberle avisado a las partes que todos los fines de semana iban a la quinta de Macri a jugar al fútbol», aseguró Soria.
En esa línea, señaló: «El macrismo elaboró pacientemente un trabajo, que es haber cooptado el Poder Judicial».
El ministro indicó que quienes «van a intervenir en la (Sala IV) Casación son jueces que junto a otros diputados y senadores tuvimos que denunciar, Hornos y Borinsky».
Los jueces Gustavo Hornos y Mariano Borinsky fueron denunciados por mantener reuniones con el entonces presidente Macri en Casa Rosada y en la Residencia de Olivos, «con proximidad temporal a la resolución de fallos judiciales en los que los magistrados intervenían, lo que les permitía inferir que había existido una influencia indebida por parte de la máxima autoridad del Poder Ejecutivo con relación a casos de trascendencia política».
Soria señaló también que si la causa contra la Vicepresidenta «el día de mañana se llega a la Corte Suprema, interviene la Corte de Pepín Simón, por eso hablo de una justicia cooptada, partidizada y pintada de amarillo”.
«Por eso hablamos de un partido judicial que no tiene prurito de subirse a un charter privado pagado por el Grupo Clarín», subrayó.
En ese sentido, llamó a «seguir batallando» y aseguró que «el juicio político es un instrumento que nos da la Constitución».
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