Internet en el celular: ¿por qué Uruguay es el cuarto país con más velocidad y Argentina está en el puesto 88?

El país vecino celebra su posición de privilegio en los rankings, mientras aquí debatimos cómo desplegar los avances del 5G. La inversión en infraestructura, los dispositivos disponibles y la densidad de población son algunas de las variables relevantes a considerar en este examen.

¿Qué factores determinan que un país tenga mejor o peor velocidad en las conexiones móviles?

Un informe reciente sobre los niveles de conectividad en el mundo dio cuenta de la buena salud en las infraestructuras de Uruguay. Según el relevamiento del especialista Ookla, nuestro país vecino ocupa el cuarto lugar en el ranking de velocidad en las conexiones móviles —la que emplean los celulares para acceder a Internet cuando no hay Wi-Fi disponible—. Además, Montevideo es la segunda ciudad en ese listado, solo por detrás de Dubái. En tanto, para encontrar a la Argentina hay que bajar hasta el puesto 88.

Gabriel Gurméndez, el presidente de ANTEL, la compañía estatal uruguaya de telecomunicaciones, celebró las conclusiones del informe a través de un tuit en el que enfatizó el impulso al 5G. En territorio charrúa, los que se conectan desde el smartphone acceden a una velocidad de descarga superior a los 149 megabits por segundo, muy por encima del promedio global, que es de 42,35. Las comparaciones son odiosas, es cierto, aunque echan luz a este panorama. En Argentina, la velocidad media de descarga en conectividad móvil es 26,21 megabits por segundo.

Los factores que determinan que un país tenga conexión móvil más (o menos) veloz
“Las velocidades en la transferencia de datos de una red móvil dependen de varios factores, se trata de un sistema de cierta complejidad”, observa en diálogo el vicepresidente para América Latina y el Caribe de 5G Americas, José Otero.

«Es difícil estipular una fecha para la llegada del 5G a Argentina a nivel general, dado que eso dependerá de la estrategia comercial y de inversión de cada operador», señala Otero.

– ¿Qué variables es preciso considerar, además de la inversión en infraestructura?

– En términos simplificados, depende de la capacidad del dispositivo móvil y de la tecnología de que disponga. Además, del acceso de radio (la antena y la estación base), la conexión hacia la red troncal, y la capacidad de esta red troncal y la red núcleo de los operadores, y también de las conexiones internacionales. Asimismo, la cantidad de usuarios accediendo a la red impacta directamente en el desempeño de esta.

Por ejemplo, podemos tener dos redes idénticas fabricadas por el mismo proveedor de infraestructura. La primera tiene 10 millones de usuarios en una ciudad y la segunda apenas unos 1.000 usuarios. Seguramente, la segunda red ofrecerá mayores velocidades que la primera. No es casualidad que en estas mediciones de desempeño las redes que muestran mayor velocidad de descarga sean las que menos usuarios tienen, y que las más maduras (por ejemplo en China, Corea del Sur o Estados Unidos) muestren los peores desempeños.

Además de estos factores básicos, hay otros que son sumamente importantes, como la cantidad de frecuencias de espectro radioeléctrico disponible. Cuando no existe una disponibilidad de frecuencias adecuada, el desempeño de las redes es más exigido y es necesaria mayor inversión en infraestructura.

– ¿Qué se necesitaría en un mercado como el de Argentina para avanzar en rankings como el de Ookla?

– Un aspecto que puede considerarse es justamente la disponibilidad de espectro. Mientras que en un país como Uruguay hay 815 MHz de espectro para servicios móviles, en Argentina solamente hay 413,1 MHz. Es decir, apenas poco más de la mitad. La situación es aún más compleja si tomamos en cuenta las diferencias en densidad poblacional de las principales áreas urbanas de ambos países.

En paralelo, en las primeras etapas de despliegue de una nueva tecnología celular se da un fenómeno de descongestión de las redes existentes. A medida que los usuarios que más consumen datos migran a las nuevas tecnologías, van descongestionando la red anterior (4G en este caso), liberando recursos de esta y mejorando también su desempeño.

Obviamente, la disponibilidad de 5G va a tener un impacto determinante en cualquier tipo de medición y comparación de velocidades de acceso. Pero hay otros aspectos que deben ser tenidos en cuenta, como la densidad de las redes (cantidad de antenas y estaciones base en un área determinada) en función de la densidad de usuarios.

– ¿Cuándo llegaría el 5G, a nivel general, a la Argentina?

– Es difícil estipular una fecha, dado que eso dependerá de la estrategia comercial y de inversión de cada operador. Habrá que seguir también el desarrollo de la licitación de espectro radioeléctrico. Hace varios años, ya que las administraciones de la región han ido abandonando el carácter recaudatorio en las licitaciones de espectro, por un acercamiento que favorezca el desarrollo de la infraestructura.

Hay también más conciencia de la importancia de las tecnologías de la información y las comunicaciones no solo para la economía, sino también para la educación, salud y bienestar en general de las personas. La pandemia ha despejado toda duda en este aspecto.

– ¿Qué ocurre con los dispositivos aquí disponibles, siendo que no todos soportan 5G? ¿Eso frenaría la penetración real de esta tecnología, amén de su eventual disponibilidad?

– Que haya teléfonos capaces de conectarse a la nueva red será necesario para poder aprovecharla. Según cifras de Carrier & Asociados para finales del 2022, apenas un 7% de los celulares activos en Argentina podían conectarse a redes de 5G. Por lo demás, la situación geopolítica mundial ha causado que haya una escasez de microprocesadores, que a su vez ha dilatado la evolución del ecosistema de dispositivos 5G de bajo costo. Se espera que en los próximos 12 a 18 meses esta situación se solucione, permitiendo una adopción más acelerada de 5G en países con poder adquisitivo medio y bajo.

En nuestro país, está abierta la discusión entre los operadores de telefonía y conectividad con los funcionarios del Ente Nacional de Comunicaciones, siendo el eje principal el espectro para 5G, que es escaso y caro. Lo cierto es que, cuando se concrete, el despliegue de la quinta generación de conexiones móviles propiciará una serie de beneficios apreciables.

“Las principales virtudes de 5G como la baja latencia, mayor eficiencia en uso del espectro radioeléctrico y poder conectar un millón de dispositivos por kilómetro cuadrado, apuntan a clientes corporativos o empresariales”, nota al respecto Otero, que representa a una organización cuya misión es fomentar el avance de esas tecnologías.

El experto nota que también, que esa tecnología ofrece una serie ventajas para los consumidores de a pie. “El 5G reducirá el costo de transmisión de datos en hasta un 80%, convirtiendo estas redes en catalíticos para la adopción de aplicaciones data céntricas como realidad virtual, hologramas, inteligencia artificial, computación en la nube y robótica, entre otras. En otras palabras, de forma indirecta 5G impulsará la adopción de otras tecnologías por el público masivo”, cierra.